(Para despúes de la Comunión)
Mirame , ¡oh mi amado y buen Jesú!,
postrado en tu divina presencia,
te ruego con el mayor fervor,
que imprimas en mi corazón
los sentimientos de Fé, Esperanza y Caridad,
verdadero dolor de los pecados
y propósito firme de jamás ofenderte;
mientras yo, con gran amor y compasión
voy considerando tus cinco llagas,
comenzando por aquello que dijo el Profeta David:
... han taladrado mis manos y pies
y se pueden contar todos mis huesos.
(Autor: Desconocido)
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"Mundo Nazareno"